What a year, my friend.
Traducción: fuerte desastre, muchá. No voy a ahondar en las desgracias de 2020. Pa qué. Ya está el universo para hundir al pobre chiquillo en la miseria. Que queréis que os diga, es que llega fin de año, y está todo el mundo en plan abusón con el pobre 2020 y a mi ya empieza a darme hasta pena. Sigo pensando que vivimos tiempos interesantes, y eso implica hacerse, como poco, algo más flexible.
Pero bueno, que aquí estamos para hablar de libros. Y, efectivamente, ¡fuerte desastre! Este año me he leído 38 novelas, cifra nada desdeñable, diréis. Pues sí, pero en esta lista no está la enorme cantidad de libros que empecé y no pude terminar. Es que era imposible. Sí que hay varios (bastantes) que me terminé y no me gustaron. Pero nada. Aquí no se echan balones fuera con cosas como el confinamiento surrealista. No, no, no. Es que no me gustaron porque no. ¿Que mis reseñas eran todas un despotricamiento tras otro? ¿que yo iba por ahí diciendo que no hacía malas reseñas porque no busco desincentivar la lectura? ¿que soy una falsa y traicionera recomendadora de libros? Pues eso.
En fin, que esta república está gobernada por la monarca que os habla, como siempre se ha dejado claro. Y ahí quedan esas reseña-testimonio que desangran a suizos e irlandeses, que yo no merecía sufrir de esa manera. Pero no todo son desgracias, así que aquí viene una recomendación de cada cosa, para que con magia-potagia, aquí llueva a gusto de todos. ¡Pincha sobre cada uno para ir directo a la reseña!
UNA NOVELA DE FICCIÓN: Nueve Perfectos Desconocidos, de Liane Moriarty.
UN RELATO: Sal con alguien que no lea, de Charles Wranke.
UN COMIC: A calzón quitado, de Agustina Guerrero.
UN LIBRO DE NO FICCIÓN: Floritismo, de Anna Álvarez y Rubén de Pablo
UN CLÁSICO: Jane Eyre, de Charlotte Brönte.
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