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LA VIDA CONTADA POR UN SAPIENS A UN NEANDERTAL, de Juan José Millás y Juan Luis Arsuaga


Título:
 La vida contada por un sapiens a un neandertal

Autores: Juan José Millás y Juan Luis Arsuaga

Editorial: Alfaguara

Género: Ensayo

Páginas: 216

Sinopsis: "-Tú y yo podríamos asociarnos para hablar de la vida; levantaríamos un gran relato sobre la existencia. ¿Lo hacemos? -dijo el escritor. 

-Lo hacemos- contestó el paleontólogo."

La sabiduría del paleontólogo se combina en este libro con el ingenio y la mirada personal y sorprendente que tiene el escritor sobre la realidad. Porque Millás es un neandertal (o eso dice), y Arsuaga, a sus ojos, un sapiens. 

Así, a lo largo de muchos meses, los dos visitaron distintos lugares, muchos de ellos escenarios comunes de nuestra vida cotidiana, y otros, emplazamientos únicos donde todavía se pueden ver los vestigios de lo que fuimos, del lugar del que venimos. En esas salidas, que al lector pueden recordarle a las de don Quijote y Sancho, el sapiens trató de enseñar al neandertal cómo pensar como un sapiens y, sobre todo, que la prehistoria no es cosa del pasado: las huellas de la humanidad a través de los milenios se pueden encontrar en cualquier sitio, desde una cueva o un paisaje hasta un parque infantil o una tienda de peluches. Es la vida lo que late en este libro. La mejor de las historias. 

¿Lo peor? Si te esperas un Sapiens, al estilo Yuval Noah Harari, pero en español, no lo vas a encontrar en este libro. No es que esto sea algo malo del libro, es sólo que supongo que es algo que muchos pueden esperar y luego resulta que no es lo que te encuentras. 

¿Lo mejor? Lo mejor también es justo esto que he comentado. No es un ensayo tipo tocho-histórico, lleno de datos, de información, de conocimientos complejos. El libro es una conversación, o un montón de conversaciones. Como cuando un profesor te contaba algo en el instituto o la universidad, y creías vislumbrar una verdad científica gigante en sus palabras, pero que no acababa de quedarse en tu cerebro. Se escurría... y ya luego no eras capaz de explicarlo tú mismo. 

Este es el quid de la cuestión de este libro: en mi caso, no he aprendido ná. Pero porque yo soy terroríficamente mala para estudiar historia, para recordar datos y demás. Así que no, no recuerdo por qué aumentó nuestro cerebro, ni para qué era útil la braquiación. Y eso que me terminé el libro hace unos días. Pero me ha transmitido una idea: que hay que abrir los ojos, observar, acordarnos de hacernos preguntas, recordar que llevamos aquí dos minutos con respecto a toda la eternidad... y que, efectivamente, la prehistoria no es una cosa lejana, de unos monos que cada vez andaban más erguidos. Es algo que está a nuestro alrededor. Que está cerquísima, también intelectualmente. Que esto es una conversación de personas a personas, con sólo unos cuantos miles de años de por medio. 

Y ahora, el momento de las confesiones. A mi antigua profesora de Lengua castellana y literatura tengo que confesarle algo aquí: nunca había leído un libro de Millás. Exacto, sí, Juan José Millás, ese que me presentaste en 2º de bachillerato. Todos los comentarios de texto (y sí, sigo sin saber qué objetivo tiene exactamente eso del comentario de texto, además de hacerme sacar un tres en selectividad), todos los comentarios de texto, decía, que nos cayeron ese año en clase eran de Juan José Millás. Con los años, me he tropezado con su nombre muchas veces: ¡oh, Millás tiene nuevo libro! o ¡Millás va a presentar este otro libro de nosequién! Reconocía su nombre aquí y allá, y siempre con cariño, pues mi profesora de lengua, dura ella como el hierro, estricta a más no poder, y más temida que la Inquisición, me puso un 10 detrás de otro a cada comentario de texto que yo a Millás le hice. Nunca supe el porqué de esos dieces, pero me hicieron cogerle mucho afecto a aquel señor. 

Y ahora lo oigo muchos domingos en la radio. Y me fascina. Me hace reír, que es la cosa que más me gusta de todo el universo. Y sigo sin haber leído un libro suyo (obviando la presente). No hay perdón. No lo hay. No. 

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