Autora: Églantine Chesneau
Editorial: Grijalbo
Género: Cómic
Páginas: 176
Sinopsis: Églantine y su abuela son inseparables. Cómplices en los buenos y en los malos momentos, tienen una relación muy especial y lo comparten todo: recuerdos de infancia, contundentes desayunos los fines de semana y, sobre todo, muchísimas risas. La nieta ha heredado el ácido sentido del humor de la abuela y disfruta cada momento que pasa al lado de la anciana, aunque a veces parezca que esta ha comenzado a perder un poco la cabeza.
¿Lo mejor? Os contesto a la primera pregunta que te surge ante este cómic de portada adorable en tonos pastel, ¿es demasiado moñas? ¿es una sensiblería de las que me va a hacer llorar y sentirme fatal? Eso era, al menos, lo que yo me preguntaba sólo con leer el título. Bueno, pues la respuesta es, 'no, no es para tanto'. Sí, es sensiblero. Sí, es tristoncillo. Pero tiene más partes buenas que malas. Es un cómic MUY francés en estilo: tanto los dibujos como el estilo de vida, transmite ese aire característico de los cómics galos, y es la propia autora la que, en la novela gráfica, cuenta lo fan que es de Sempé.
¿Lo peor? No es la historia más divertida del mundo y eso ya se anuncia en la portada. La historia es más bien cortita y sin mucho desarrollo... y eso teniendo en cuenta que no es un cómic corto (176 páginas es un milagro), lo que está muy bien. Supongo que habrá personas a las que les trasmita más, pero en mi caso, ha resultado una narración tierna pero anecdótica.
Puntuación: 2,5 sobre 5
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