Título: No sabes lo que me cuesta escribir esto. La historia de cómo recuperé el lenguaje
Autora: Olivia Rueda
Género: Autobiografía
Editorial: Blackie Books
Páginas: 193
Sinopsis: Antes de empezar a leer este libro tienes que saber una cosa: es el libro más difícil de escribir que habrás leído jamás. Porque quien lo escribe no sabe escribir. ¿Cuánto has tardado en leer esta frase? ¿un segundo? ¿menos? Pues yo la he tenido que reescribir diez veces. Puede que incluso más. Hace siete años tuve un ataque de epilepsia. Los médicos descubrieron que estaba provocado por una malformación en mi cerebro. Una bomba de relojería que había que desactivar. Me operaron varias veces. En la tercera operación tuve un derrame. La cosa se puso muy fea. Desperté sin poder expresarme con palabras, y tuve que aprender a hablar y a escribir de nuevo. Hablar es muy difícil. Explicar por qué no puedes hacerlo lo es todavía más.
¿Lo peor? Como dice el refrán, las expectativas son peores que la coca. Ser fan de una editorial es lo que tienes, que crees que todo lo que salga con ese sellito tan mono de perrito será oro puro. Y no es que con este libro haya perdido mi fascinación por Blackie Books, que al fin y al cabo me ha regalado las mejores lecturas de my life (aka aquí, o aquí, o aquí). Y en este caso, como la sinopsis daba pistas de otro drama épico rompecerebros que, como poco, te hace salir de tu zona de confort y te hace reflexionar sobre la vida y sus extrañas modalidades... pero no, en este caso no. Creo que la historia de la protagonista es importante, es dura, es terrible pero también tristemente común. No me cuenta nada especialmente nuevo, o digamos más bien que lo narra de una manera de la que cualquiera hubiera podido imaginarse la situación. La protagonista sufre un ictus y se queda afásica, es decir, no puede hablar. Y directamente pasa a contar cómo vuelve a empezar hablar, de cómo busca sus palabras en el cerebro y no salen, cómo se agobia al no poder contestar a cualquier pregunta. Pero no profundiza demasiado.
Me sabe fatal ser tan dura, pero creo que el libro es más descriptivo que reflexivo. Y no muy original (si comparamos con, por ejemplo, Arde tu casa). Creo que la chispa de este tipo de libros es hacer empatizar al lector con el autor, dejando entrar en profundidad en la situación y sobre todo en los sentimientos. En esos pensamientos que tenemos y que son, seguramente, inconfesables o vergonzosos pero que todos tendríamos. Ya sabemos que el amor por los seres queridos sigue ahí... pero, ¿cómo fue el primer encuentro con tus hijos? ¿cómo te sentiste yendo de viaje pocos meses después, estable pero sin palabras? Yo estoy segura de que hay mucho más que contar pero, en este caso, la autora no va más allá.
¿Lo mejor? Aunque escasos, sí hay determinadas reflexiones que creo que se salen de lo obvio en la novela y que me da algo de pena que no se desarrollen más: ¿deben los médicos comportarse como si les importásemos? ¿como si fuéramos amigos? Al fin y al cabo son personas que necesitan poner distancia con los actos con los que lidian, porque son abundantes e inacabables. Al fin y al cabo, si eres médico, vives con un porcentaje de muertos a tu alrededor... ¿cómo tratas con personas sabiendo que unas cuantas de ellas no lo superarán, pase lo que pase? ¿tenemos nosotros que enfadarnos cuando parezca que no somos el centro de las preocupaciones de nuestro médico?
Soy consciente de la premisa del libro: "no sabes lo que me cuesta escribir esto". Ya sé que cada frase supone un esfuerzo ímprobo de escritura pero sigo pensando que requería de más profundidad, o más tiempo, o ayuda... En fin, no sé, digamos que me esperaba más. Maldigas blackiexpectativas.
Puntuación: 2/5
Comentarios
Publicar un comentario