El pasado jueves se estrenó la adaptación de la segunda parte de la Trilogía de Baztán: Legado en los huesos. Hablamos de la saga de libros de thriller de Dolores Redondo, que tuvo un superboom de ventas hace unos años e inició una ola de sagas policíacas situadas en lugares recónditos (y precious) de España... véase la trilogía de los Señores del Tiempo, o Monteperdido.
La primera película, El Guardían Invisible, se estrenó en 2017, y ya los fans de la historia daban por perdida la adaptación cinematográfica del resto de libros. ¡Pero no! Bastante por sorpresa, ha llegado a los cines esta semana la segunda parte, y en el pre-estreno (en los cines Kinépolis el pasado miércoles 4 de diciembre), el propio director, Fernando González Molina, afirmó que "se le había confiado la adaptación de los tres libros", por lo que podemos esperar la llegada la tercera parte en algún momento de los próximos años.
En cuanto a Legado en los Huesos, se trata de una adaptación muy fiel (de hecho, la autora, Dolores Redondo ha estado presente desde el rodaje hasta la mismísima presentación de la película en la première, siendo la primera en tomar la palabra en la sala, y eso mola mucho) y con diferencias con respecto a la primera película. Se alargan las escenas de tensión (para mí, casi terror, de los que hacen que te agarres el abrigo a la altura de los ojos) y hay bastante más acción, sobre todo en la segunda mitad de la película. Esto, es lo mejor de la película, en mi opinión.
¿Lo peor? la total falta de "explicaciones" de la trama. Me explico, tenemos a un asesino misterioso que arranca brazos de mujeres y deja la palabra "Tartallo" escrita en el escenario del crimen. El objetivo, of course, es atrapar al asesino. Y la cosa se va complicando cuando el asesino parece dejar pistas directamente dirigidas a la inspectora Salazar... en el libro se va desentrañando una trama adictiva que relaciona a la protagonista con el asesino, a través de su pasado. En la película, se hace un poco el CSI y se ignoran muchas de estas explicaciones históricas, yendo directamente a la búsqueda del malo. La peli mantiene la tensión, pero no a través de las explicaciones, sino de las escenas trepidantes.
Aún así, me parece bastante imperdonable este veto a la subtrama digamos "mágica" o "espiritual" o "mitológica" que tiene los libros y no se refleja, en absoluto, en el cine.
En cualquier caso, se ha hecho un esfuerzo en la adaptación. Sólo esperemos que en la tercera se respete un poco más la profundidad del libro, y sobre todo, que no pasen casi tres años para el siguiente estreno, pues las ganas de adaptación se enfrían bastante con estos calendarios.
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