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SAKURA, de Matilde Asensi

Título: Sakura
Autora: Matilde Asensi
Editorial: La Esfera de los Libros
Género: Narrativa histórica
Páginas: 416
Sinopsis: En 1990 el retrato del doctor Gachet, de Van Gogh, fue subastado en Christie's por la cifra récord de ochenta y dos millones y medio de dólares. Lo compró el millonario japonés Ryoei Saito. 
Enfadado con el gobierno de su país por los impuestos que le reclamaban por el cuadro, Saito anunció en una rueda de prensa mundial que el lienzo de Van Gogh desaparecería con él. 
Desde su muerte, en 1996, nada se ha vuelto a saber de la obra en el mundo del arte. Un misterio que ha hecho correr ríos de tinta y ha dado pie a todo tipo de especulaciones. 
Matilde Asensi novela su búsqueda, y da respuesta a muchas de las incógnitas del enigma de su desaparición. Desde la galería Père Tanguy en París y con la dirección del japonés Ichiro Koga, un grupo heterogéneo de cinco personas desconocidas entre sí, emprenderá una aventura que cambiará sus vidas. La enfermera Odette, el galerista Hubert, el artista urbano Oliver, la pintora y galersita online Gabriella y el manitas John viajarán por Japón sorteando peligros y descifrando enigmas que les guiarán en la búsqueda del cuadro. Por el camino, tejerán entre ellos unos lazos invisibles que les llevarán al éxito o al fracaso. 

¿Lo mejor? El tema de la historia está muy guay: mezcla los cuadros de Vincent Van Gogh (algo muy conocido para todos) con el arte japonés (algo muy desconocido). Aprendes de ambos temas leyendo el libro. No mucho de Japón, su cultura, geografía, o gastronomía (lástima), pero al menos sí sobre su arte, lo que me ha parecido muy interesante. 

Por otro lado, lo que más me ha gustado del libro ha sido el final. El último veinte por ciento de la novela me ha resultado novedoso y sorprendente (no os diré si ha sido una sorpresa agradable o desagradable, pero por lo menos, sorprende), no así el resto de la novela que...........

¿Lo peor? Yo no sé que me pasa, pero detesto con todas mis fuerzas a los protagonistas de las novelas de Matilde Asensi. Me caen francamente mal porque suelen ser unos auténticos carcas quejicas sin casi excepción. Me pasó con 'El Último Catón', y con 'Todo bajo el cielo', y me ha vuelto a pasar con 'Sakura'. Adoro algunos de estos libros, pero, de verdad, no soporto a sus protagonistas. 
En este caso, volvemos a tener a un personaje que narra en primera persona y que es la persona más remilgada y quejica del Universo. Y eso que estamos hablando de un joven de treinta años que tiene una galería de arte en Amsterdam. ¿Qué podemos esperar de alguien en base a estos datos? Desde luego, no que le moleste o desagrade absolutamente todo, que le duela el cuerpo como si tuviera setenta años, que no sabe nada de negocios online, que rechace totalmente comida de otros países (incluso solamente por su color: ¿dulces morados? ¡qué asco!), que a su edad, tenga memoria fotográfica y no sepa ni lo que es,... En fin, esto ha hecho que yo no consiguiera deshilar al protagonista (ya sabéis, un chico joven que, a priori, no tendría que odiar porque es el prota y lo que debería es sentirme identificado con él, para vivir más la historia) de la autora. Es a ella a quien oigo narrar, no al joven protagonista. 
Además, hay otros muchísimos clichés en la historia que me ponían de los nervios: el americano tiene que ser un homófobo de tomo y lomo, las mujeres no ayudan a levantar pesadas cargas nunca, y cada una lleva una lima de uñas en su mochila de aventureras, los japoneses son pequeños y ultra educados, si eres joven y escuchas vinilos, eso te convierte automáticamente en un negado de la tecnología... sin comentarios. 

Y ahora vamos con la segunda peor cosa del libro (¿qué? ¿creíais que ya me había quejado lo suficiente?😏): la introducción a la historia es casi inexistente. Los protagonistas se ven envueltos en las típicas pruebas para desentrañar un misterio histórico pero se ven abocados a la aventura sin apenas esfuerzo. Y luego, estas pruebas no son, ni de lejos, lo emocionantes a lo que estaríamos a costumbrados en las novelas de Asensi. Los personajes no investigan, no tienen preocupaciones, van de una prueba a otra con resignación. Si ellos no tienen ganas de desentrañar el misterio, ¿por qué iba a tener ganas el lector? De verdad me parece que es un libro escrito sin ganas. 



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