Título: Cien locos conocí
Autor: Fernando Arnáiz
Género: narrativa
Editorial: ViveLibro
Páginas: 519
Sinopsis: 1887. Alonso es un joven criollo español, algo ingenuo e inestable, nacido en un pequeño pueblo de Luisiana. Trastornado por los malos tratos paternos a los que, durante su infancia, fueron sometidos su madre y él, se encamina hacia el desierto de Sonora, convencido de que allí se oculta el tesoro perdido de Moctezuma. Aunque precavido por naturaleza, es incapaz de imaginar los peligros que allí le espera, y mucho menos que acabará encerrado, como un loco cualquiera, en un asilo para dementes. Una institución que esconde, tras una apariencia externa modélica, un terrible secreto; un lugar donde se encontrará con alguien a quien creía largamente olvidado, y en el que se tendrá que enfrentar con su más oscuro pasado.
Una historia que, con el telón de fondo de las instituciones psiquiátricas de la época, nos habla de la fragilidad de la amistad, de la locura de los cuerdos y la cordura de los locos, y de cómo las leyes de la evolución y la herencia se convirtieron en los cimientos sobre los que se levantaría la idea de 'higiene racial' a finales del siglo XIX y principios del XX.
¿Lo mejor? El contexto histórico es lo mejor de la novela, una época interesante, a finales del siglo XIX y principios del XX en Norteamérica. En la novela se narra desde la vida de los buscadores de oro hasta el acoso a los negros en el sur, con el resurgimiento de ideas propias del KKKlan a finales de siglo, y pasando por la vida en un mísero psiquiátrico en el que se practican tratamientos experimentales de la primera época de la psiquiatría médica.
El libro podría entenderse como un 'paseo' por esta época histórica tan variable en América: con el cambio de siglo, las diferencias entre la vida en el sur y ciudades más modernas como Nueva York, la manipulación del conocimiento, que ya empieza a ser algo accesible a un mayor porcentaje de la población... Es una lástima que la historia, en este sentido, no esté demasiado bien hilada y no se transmita esa continuidad dentro de los cambios que una misma generación puede sufrir en su vida.
¿Lo peor? Este desarrollo 'a saltos' hace que el libro se haga largo e inconexo. Además, hay algo que contribuye a esto, y es que el personaje principal, Alonso, deja de ser el protagonista de la historia hacia la mitad de la novela y, de pronto, tenemos a otro nuevo prota (sin demasiada conexión con el anterior) y es a éste a quien sigue la historia desde entonces.
Y curiosamente, esto vuelve a ocurrir una vez más cerca del final: este 'segundo' nuevo protagonista vuelve a desaparecer y ahora se sigue la historia de un nuevo elemento, que pasa a ser principal. Y si quieres seguir la historia del primer protagonista, te quedas sin ello.
En esta novela, aunque la idea es buena, la narración no lo es tanto, y la redacción necesita un buen repaso: las descripciones son eternas, innecesarias y casi ingestionables. El número de personajes es bestial, y la información sobre ellos, abundante e innecesaria. El libro necesita muchos recortes. Es un libro con potencial pero sin estar del todo listo.
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