Título: FUGAS, o la ansiedad de sentirse vivo.
Autor: James Rhodes
Editorial: Blackie Books
Año: 2017
Género: Memorias.
Número de páginas: 278
Sinopsis:
Este libro recoge mi lucha con la locura durante meses de conciertos, de hoteles y de sentirme solo rodeado de desconocidos.
Este libro no va sobre mí. Va sobre cómo me siento. Sobre cómo nos sentimos todos, al menos de vez en cuando.
Este libro no va de ser feliz. Nunca, ni tú ni yo, seremos plenamente felices. Pero intentarlo puede ser algo maravilloso.
¿Lo mejor? Se lee rápido. No sé como lo hace James Rhodes, pero escribe magníficamente, o tiene un editor buenísimo. Es fluido, es rápido de leer, es fácil seguir el hilo. No es ni de lejos tan magnífico como su primera novela, INSTRUMENTAL (que esta es lectura obligatoria, señores), pero está muy bien escrito.
¿Lo peor? El formato se me antoja, desde el principio, más apropiado para un blog que para un libro. Son "entradas" de un diario en el que se combina música con los pensamientos diarios del pianista. Es también bastante deprimente, y se hecha en falta más profundidad en lo que cuenta. El autor hoy está bien, mañana está hundido, y en una semana se ha conseguido recuperar en parte, pero no narra exactamente cómo pasa de unos estadios a otros, sino simplemente lo que siente en cada momento. Aporta menos.
Mi opinión:
Me ha pasado algo extraño. Acabo de terminar FUGAS y, evidentemente, no he podido evitar compararlo inmediatamente con INSTRUMENTAL, el primer libro de James Rhodes, ese que supuso un auténtico cataclismo para mí y mi tranquila y afortunada vida. "He leido esta segunda parte demasiado pronto", fue lo que pensé. INSTRUMENTAL supuso para mí un cambio de pensamiento, una revelación extraña, y además un libro increíblemente bien escrito, casi gracioso, para ser tan serio lo que cuenta.
Me sentí muy cercana a la persona que escribió lo que yo leía. Demasiado cercana, algunas veces. Había cosas que prefería no saber, en algunos momentos, como si estuviera metiéndome demasiado en la vida privada de alguien. Como si no tuviese permiso, o más bien derecho, a husmear en algo tan íntimo. Fue una revelación de libro, por un millón de motivos que intenté explicar en la reseña. Y claro, FUGAS no ha sido igual, por lo que me dije eso de "he leído la segunda parte demasiado pronto. Necesitaba más tiempo para procesar la primera". Pero no. He descubierto sorprendida que me he leído 18 libros entre INSTRUMENTAL y FUGAS. Una cantidad más que destacable para haberme "alejado" de la primera. Así que imaginad si la primera me llegó hondo, que aún la estoy "gestionando" en mi cabeza.
La verdad es que FUGAS es diferente, y creo que es "más difícil" de leer porque no habla de una realidad alejada, durísima pero rara, que genera sentimientos desconocidos, o reacciones nuevas. En el caso de FUGAS, el pianista habla de sus sentimientos y sus pensamientos como adulto, los que se provoca él mismo. Lo que yo llamaba hasta ayer mismo "comerse la cabeza" cuando uno está bajo una presión bestial. Es decir, no lees nada nuevo, sino que escuchas los pensamientos machacantes de otra persona, que pueden parecerse a los tuyos propios, y asusta que él los trate como algo tan maligno, cuando (creo yo) que son épocas que a todos los adultos nos cuesta gestionar.
FUGAS no me ha gustado tanto porque no he aprendido nada, porque parece un diario, porque me encajaría más en un blog que en un libro, porque no me ha sorprendido de la manera en la que lo hizo el anterior. He echado en falta aprender, enriquecerme, como ya me había pasado.
No me gusta reseñar negativamente, porque todo lo que sea lectura es siempre maravilloso y enriquecedor, en cualquier ámbito. Así que no me gusta escribir que FUGAS no me ha gustado demasiado, pero es que no puedo ni quiero dejar pasar la oportunidad de fomentar que se lea INSTRUMENTAL. Ese hay que leerlo. El segundo, digamos que es opcional.
El James Rhodes que me encanta es muy gracioso, es ácido, es comprometido pero divertido. Aprovecho para dejaros algunos de sus últimos artículos en la prensa, que no tienen desperdicio, creedme:
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