Título: Alabardas.
Autor: José Saramago.
Editorial: Alfaguara.
Año: 2014.
Género: Novela.
Sinopsis: Meses antes de su
muerte, José Saramago sintió una vez más el impulso vital de reflexionar desde
la ficción sobre una de sus mayores preocupaciones: la violencia ejercida sobre
las personas y las sociedades, que las convierte en víctimas y les impide ser dueñas
absolutas de sus vidas. El resultado de este impulso es Alabardas, alabardas, espingardas, espingardas, una huella
emocionante del inagotable espíritu de lucha de José Saramago y su última
voluntad narrativa.
El relato
inconcluso plantea el conflicto moral de Artur Paz Semedo, empleado de una
fábrica de armas, que, intrigado por el sabotaje de una bomba durante la Guerra
Civil española e impulsado por Felícia, su exesposa, inicia la investigación de
los entresijos de una época convulsa, lo que despierta en él un debate íntimo
entre la ceguera impuesta por el miedo heredado y la necesidad del compromiso.
El libro,
publicado en edición especial e ilustrada con grabados de Günter Grass, incluye
las notas de trabajo de Saramago, en las que el autor plantea cuál sería el
final de la historia narrada. Se complementa, además, con textos del periodista
y escritor italiano Roberto Saviano, y del poeta y ensayista español Fernando
Gómez Aguilera.
Alabardas, alabardas, espingardas,
espingardas es una reflexión sobre el poder y la destrucción, sobre cómo
las armas alimentan el gran fracaso ético de la humanidad que son las guerras sobre
la paz como único camino posible para romper con la aparente inevitabilidad de
la violencia.
Mi opinión:
Seré franca.
José Saramago es, indiscutiblemente, mi escritor preferido. Recuerdo cuando me
enteré de su muerte, hace ya bastantes años. Sonará de lo más exagerado, pero
de verdad que se me desgarró el corazón. Saramago pasó el final de su vida en
la isla de Lanzarote, al autoexiliarse de su Portugal natal, que vetó al
escritor tras la publicación de su polémica novela “El evangelio según Jesucristo”. Yo, al ser también canaria, siempre
tuve la pequeñita ilusión de poder, tal vez, algún día, conocerle. Pero el día
que supe de su muerte pensé dos cosas: la primera, que ya no podría conocerle
nunca. Y la segunda, que jamás volvería a leer ningún libro nuevo suyo.
Pero he aquí, que el gran Saramago, premio
nobel de literatura 1998, vence a la muerte con un último libro.
Alabardas me ha dejado sin aliento. De
verdad. Es cierto que la edición que ha publicado Alfaguara sólo contiene tres
capítulos, los que pudo escribir antes de su muerte, pero la historia es tan
buena, que bastan esos tres capítulos para darse cuenta de su grandiosidad. Sin
duda, perdimos a un gran escritor, pero también perdimos una gran obra maestra
suya que “no pudo ser”.
Si conocéis
algo de la obra de Saramago, sabréis que casi siempre escribe sobre la ética y
la humanidad. Plantea situaciones bastante rocambolescas donde la verdadera
naturaleza humana sale a flote, y hace un análisis concienzudo de lo que
nuestra sociedad es capaz de hacer. En este caso, el planteamiento de Alabardas se basa en una idea: ¿por qué
nunca se ha producido una huelga de trabajadores en una fábrica de armas? Sin
duda, da qué pensar… ¿qué ética acompaña a un trabajador de esa industria?
¿Duerme tranquilo por las noches? La historia se intuye interesantísima, aunque
tristemente inacabada.
La edición,
ilustrada con grabados de Günter Grass y un par de textos de Roberto Saviano
(periodista y escritor) y de Fernando Gómez Aguilera (poeta y ensayista),
contiene algo valiosísimo: las notas
privadas del trabajo de Saramago. Son breves, pero esclarecedoras. Permiten
adentrarse en el método de trabajo del autor, y en una intuición de cuál sería
el desarrollo de esa historia que deja inconclusa. Leer esas notas, íntimas y
personales, hace que uno se sienta mal, pues parece una total violación de su
intimidad, pero al mismo tiempo, resulta tremendamente emocionante y conmovedor.
Es como oír las palabras del propio Saramago comentando su obra.
“Es posible, quién sabe, que quizá pueda
escribir otro libro”. Con esta frase desgarradora se despide José Saramago
del mundo de la literatura, esta vez para siempre.
Mi puntuación: un 10 sobre 10.
Es muy emocionante ver con que cariño y admiración hablas de Saramago. Que alguien a día de hoy en una sociedad de admiraciones fugaces y fans de palo demuestre tal cariño demuestra que eres una lectora consumada. Para los admiradores supongo que ha sido como el regalo de despedida encontrar este libro.
ResponderEliminar¡Qué bonito! Gracias :)
EliminarHola guapaaa! Vengo de parte de tu madrina y ex-ahijada mía ^^ Es maravillosa así que seguro que llegarás a los 100 prontito ^^ Ya tienes nueva seguidora :)
ResponderEliminarUn besazooooo
Mil gracias!!!! He visitado tu blog, ¡me encanta!
EliminarMuchas gracias por el comentario :)
Un abrazo!
Hola! te he dejado una nominación para el premio “LIEBSTER award discover new blog”
ResponderEliminarhttp://viveydejaleer.blogspot.mx/search/label/LIEBSTER%20award%20%20discover%20new%20blog
SALUDOS :D
Gracias!!!!!
EliminarHola! no lo conocía así que lo miraré.
ResponderEliminarun beso.
Está muy bien, y lo han publicado hace nada. Pero si no has leído nada de Saramago antes, te recomiendo empezar por cualquier otra obra suya, para que puedas leerla hasta el final!
EliminarGracias por tu comentario :)
Perfecto! Ya te sigo en el tuyo. Muchas gracias!
ResponderEliminarHola!! Soy Esther Galán del blog El Lado Oscuro. Yo también formo parte de la iniciativa "Seamos Seguidores". Te sigo y te dejo el link de mi blog.
ResponderEliminaresthervampire.blogspot.com.es/
Un abrazo y nos leemos!!
Hola, te hemos nominado a un premio, pasate por nuestro blog para verlo. Besos ^^
ResponderEliminarhttp://ellashandicho.blogspot.com/2015/03/nuestras-2-primeras-nominaciones.html